martes, 23 de diciembre de 2008

Cerrando un ciclo, abriendo otro



Ya finalizando el año y muchas veces en esta época tendemos a hacer un balance de lo lo realizado en el año, de lo bueno y lo malo que nos pasó, de como estabamos hace un año y como estamos ahora, de nuestras perspectivas para el año siguiente, de queya somos un año más viejos, uno menos jóvenes o uno más joven, de la crisis, de los deportes, de la familia. En fin cada quien de acuerdo a como percibe las cosas, pero es importante que veamos y valoremos lo importante de la salud y el bien-estar de nosotros y de los nuestros, porque podemos decir que nos fue mal porque no logramos algunos objetivos que nos planteamos a inicio de año, porque dejamos de adquirir un bien que se nos escapó de las manos, porque tuvimos tropiezos en el trabajo, en la escuela, en la vida misma y a veces por el afán de obtener cosas materiales dejamos de lado las sentimentales y/o la salud misma. Es ahí cuando debemos detenernos un momento a pensar que es mejor para nosotros, si alcanzar lo material a costa de lo que sea o disfrutar de la sonrisa de un niño, de momentos de tranquilidad, de convivir con las personas que queremos y que nos quieren.

No pretendo establecer que lo material deje de ser importante, porque por para fortuna o para desgracia (otra vez depende del cristal con que miremos) la obtención de éste tipo de bienes es en muchos casos una necesidad, y en otras un premio a nuestro ego. Sólo digo que, a mi forma de pensar, al momento de hacer el balance del año no dejemos a un lado la felicidad que hemos podido disfrutar, compartir y más aún si esa felicidad la hemos dado.

Recordemos también que cuando algo finaliza (en éste caso el año) cerramos un ciclo, pero SIEMPRE QUE SE CIERRA UN CICLO SE ABRE UNO NUEVO, y cada que inicia un periodo tratemos de hacerlo con la esperanza que ésta será mucho mejor que el anterior. Claro, una esperanza fundada en el esfuerzo de cada uno de nosotros.